La verbena desde los ojos del cartomante



Jabicho, nuestro contador de historias, filósofo y cartomante, comparte con nosotros su poética vivencia durante la pasada verbena de la Unión de las Autonomías Españolas:

I
Llegados desde los más diversos lugares, los peregrinos se reúnen en el Centro Asturiano.
Se reconoce el terreno, se levantan carpas. Entre todos, el duro trabajo se vuelve más ligero.
Se distribuyen los espacios, se delimita el circuito de entrenamiento.
Los peregrinos dejan a un lado sus ropajes cotidianos, y visten ahora sus mejores atuendos, llenos de historia y misterio
Todo queda al fin preparado para esperar la llegada de la noche. Una noche única, inolvidable. Una noche mágica. 


II
Cae la tarde. Las luces se encienden, comienzan a llegar los invitados. Muchos no tienen noticias aún acerca del campamento de los peregrinos, quienes no pierden iempo  y salen a buscarlos.
El rey porta una lámpara de aceite. El fuego desconoce su autoridad y se rebela. Un mago es invocado para prestar ayuda al soberano pero no responde a la llamada, y es uno de los mejores caballeros quien pone fin al incendio.
Un poco más tarde… la historia se mezcla con antiguas creencias, y el destino se decide en la mesa del cartomante. Secretos, amores, mecenazgos... ¿Superstición u Oculta Ciencia? Para algunos, la curiosidad es peligrosa: las cartas siempre aciertan, y a veces dicen más de lo que se quisiera.


Con música y danzas, las peregrinas alegran la fiesta y contagian su entusiasmo a toda la verbena. Antiguos instrumentos vuelven a tañerse, y son enseñados pasos  de baile que ya han sido olvidados. El Mesón procura que no falte alimento y bebida. Sus manjares son consumidos en abundancia, circulan el vino especiado y la cerveza.
La historia se cuenta, y también se cuentan historias: los mejores relatos de Florencia y Bretaña. Amores no correspondidos y amores prohibidos, burlas que tiende el destino, búsqueda de piedras, santos y milagros para redimir el daño que Amor le causa al corazón.
Mientras tanto, los caballeros exhiben sus armas, relatan sus aventuras y hazañas. Inician a los no instruidos en el arte de la guerra, invitándolos a representar sus batallas. Cuando son convocados, se ponen en orden y marchan a desfilar junto a los civiles.
 

III

Pasada la medianoche, los invitados regresan a sus casas, solo los Peregrinos quedan haciendo guardia. El campamento comienza a desarmarse excepto lo que es necesario para esperar la llegada del día.
Del mismo modo que al comienzo, el trabajo hecho en equipo aligera las tareas y, habiendo terminado con ellas, se comparte la comida y bebida restante. El sueño tarda en venir, la charla es amena.
Bien entrada la noche, un peregrino da la alarma de que la Parca se acerca caminando por un pasillo entre los árboles. Por fortuna, antes de que el pánico se extienda, se descubre en seguida que solo se trata de un caballero que había salido a pasear por el bosque envuelto en una oscura capa.
Luego de esto, las leyendas de aparecidos no dejan de contarse y hasta se habla de otros seres que gobernaron el mundo y el universo en tiempos inmemoriales.
Sale el sol. Se reanudan los trabajos, todo queda pronto listo para partir en cuanto llegue el carruaje. Los peregrinos felices y cansados comparten un ligero desayuno antes de despedirse
Y así termina una maravillosa noche mágica.

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