De todo, para todos.

 

En esta tercera y última parte de los testimonios acerca de cómo se vivió nuestra primera participación en una feria medieval después de la pandemia, encontrarán tres testimonios muy diferentes: Patricia, secretaria del campamento, de enorme ayuda en la recreación de vestuario y que participó en diferentes actividades durante la feria; Migue, de 8 años, quien aprende desde la panza por fuera de las clases y con gran curiosidad; y José, miembro nuevo en la Sala de Armas, que acompañó por primera vez esta experiencia.

 

Patricia

El evento fue movilizante, en más de un sentido de la palabra. Primero, las largas horas de taller preparando el campamento, que luego de casi tres años de inactividad requería mucho trabajo. Más tarde, la confección de nuevo vestuario para nuestr@s peregrin@s. Sin olvidar los numerosos ensayos, porque después de tanto tiempo de virtualidad, volver a presentarnos frente al público era desafiante, y nos sentíamos tod@s un poco oxidad@s.

Y así, volando, se fue el tiempo y llegó el día del evento, con todos los nervios y las dudas habidos y por haber. Era el día de nuestro reencuentro con las ferias y su público.

 

Un día largo y cansador, ¡pero de lo más lindo y satisfactorio! Porque ver las caras de las personas disfrutando mientras veían (y escuchaban) lo que con tanto ahínco habíamos preparado, ¡no tiene precio! Hace que todo valga la pena.

Y también el reencuentro con l@s integrantes de Laudate Dominum, que siempre es un placer. Sumado a la alegría de ver a los miembros nuevos del grupo disfrutar su primer evento.

Así que por todo lo compartido, no veo la hora del próximo evento. ¡Hasta pronto!

 

Miguel 

La feria medieval tuvo de todo: comida, muchos lugares medievales, no solo nosotros. Fue una actividad que me gustó mucho. Hicimos demostraciones de esgrima medieval, canto, danzas, HEMA, lucha de cantina. Papá hizo de todo menos canto, hablaba con la gente y les explicaba lo que hacemos.


También había demostraciones de otros grupos, por ejemplo, una de romanos, que enseñaban las tácticas de defensa. Y sí, hubo de todo, no solo cosas medievales: también otras cosas como la época romana, algunos de Japón, del Señor de los Anillos, etc. Hasta me terminé tomando un capuchino de vainilla que estaba muy rico.

Hacía mucho que no iba a una feria medieval: la última vez tendría tres o cuatro años, y ahora ya tengo ocho. Pude participar mucho más. Fue una experiencia muy linda.

 

José

Me pareció fenomenal el despliegue que se hizo para lograr la mejor ambientación posible. Se pone en práctica lo que vemos en las clases, y eso permite integrarnos también a los más nuevos.

 

Se notó el trabajo de ensayo de los coristas, los músicos, los que bailaron y los que hicieron demostración de las peleas.

 

Se notó que hubo mucho trabajo detrás, y bien hecho. Y donde hay un trabajo bien logrado, es porque hay disciplina y persistencia detrás.

 

¡Agradecemos a todos por sus palabras! En esta gran comunidad que es Peregrinus Albus, todos pueden encontrar un espacio que les permita participar, crecer, aprender, colaborar, compartir y, sobre todo, pasarla bien.


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