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Estimados peregrinos, estimadas peregrinas, todas aquellas personas grandes o pequeñas que alguna vez sintieron sus deseos amparados por Peregrinus Albus, todos aquellos que hallaron en nuestra Sala de Armas, en nuestro Campamento, en nuestras presentaciones por ferias y escuelas un tiempo fuera del tiempo, un espacio que los trasladaba a kilómetros y siglos de distancia para aprender, compartir, apasionarse y soñar: Peregrinus Albus nació hace quince años de una llamita que ya no pudo contenerse, que se expandió y en su camino encontró otras hasta formar un gran fuego. Deseábamos construir una comunidad en la que, a través de la curiosidad, la ilusión y el trabajo compartido, nos acercáramos a aquellos ideales medievales que tanto nos atraían. Ese gran trabajo comenzó con la investigación de grupos en este y otros países cuyas actividades tenían relación con lo que buscábamos, con la lectura de textos históricos en los que pudiéramos aprender absolutamente todo acerca de la esgrima me

De todo, para todos.

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  En esta tercera y última parte de los testimonios acerca de cómo se vivió nuestra primera participación en una feria medieval después de la pandemia, encontrarán tres testimonios muy diferentes: Patricia, secretaria del campamento, de enorme ayuda en la recreación de vestuario y que participó en diferentes actividades durante la feria; Migue, de 8 años, quien aprende desde la panza por fuera de las clases y con gran curiosidad; y José, miembro nuevo en la Sala de Armas, que acompañó por primera vez esta experiencia.   Patricia El evento fue movilizante, en más de un sentido de la palabra. Primero, las largas horas de taller preparando el campamento, que luego de casi tres años de inactividad requería mucho trabajo. Más tarde, la confección de nuevo vestuario para nuestr@s peregrin@s. Sin olvidar los numerosos ensayos, porque después de tanto tiempo de virtualidad, volver a presentarnos frente al público era desafiante, y nos sentíamos tod@s un poco oxidad@s. Y así, volan

La mejor cura

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Doña María, Alcaldesa del Campamento Medieval de Peregrinus Albus, nos relata cómo vivió su regreso a los eventos públicos, en la Feria Medieval del Sur IV.   Después de más de dos años y medio de no pisar una feria medieval, los nervios nos empezaron a atacar.   Hasta ahora invicta, la nueva peste que dejó todo en pausa durante los últimos años me terminó venciendo sobre la hora.   ¿Podría reponerme a tiempo para el evento, o quedaría varada en el camino? Laudate Dominum, ensamble que formé en el 2010, ya estaba poniendo en marcha un plan B si yo no podía ir (y hasta un plan C si Daniel también se contagiaba), pero el Coro de Peregrinos, y tal vez el Taller de Danzas, grupos también dirigidos por mí, podían llegar a ver peligrar su participación.   Doña Isabela tomó la posta y lideró el último ensayo del coro.   Aunque me llegaron rumores de que, nerviosa porque durante el año tuvimos que suspender dos encuentros de danzas, y ella se había perdido un tercero, también quiso repasar l