10 años de Peregrinus Albus

¡Cumplimos 10 años! Cumplimos refugiados en cuarentena. Celebramos y brindamos por videoconferencia. Woooow. El mundo es impredecible. Nosotros también.


Durante la cena de camaradería por nuestro 5to aniversario leí un discurso acerca de cuánto más habíamos hecho en ese tiempo de lo que aguna vez pudimos haber soñado los primeros días de Peregrinus. Y en el webmeeting de este Sábado nuestra alcaldesa me llevó a reflexionar una vez más acerca de esto ahora que alcanzamos los 10 años. ¡Qué situación difícil!

También reveló uno de los secretos del Consejo. Esos numerosos diagramas y listas de metas con que este director tortura a sus colaboradores para planificar cada nuevo ciclo que comienza. Listas que recopilan a su vez los deseos de los miembros a corto, mediano y largo plazo.

Y la Alcaldesa dijo "seguro habrá otras listas que ni siquiera conocemos". Parece que me conoce bien. Porque también existe una lista secreta. Guardada en los confines de un cajón misterioso junto al Juramento de Caballero con el cual abrimos nuestras actividades al público. La Lista del Fin de los Tiempos, por así decirlo. Contiene metas tan ambiciosas que ni siquiera me atrevo a mostrar al resto de los ayudantes del Consejo.


Pese a que evadí la respuesta inicialmente, hoy siento ese compromiso de contestar con mi mayor honestidad y de hacerlo en agradecimiento a María Paula Antelo y Javier Reynoso, que me acompañan desde los primeros días de Peregrinus Albus. Pero también por todos aquellos colaboradores que se sumaron en el camino y aquellos que, si bien hoy no están con nosotros, dejaron su huella presente en esta agrupación. Porque lograr algo como esto sería imposible con un trabajo individual.

Necesitaba pensar esta respuesta. Porque además del sueño de tener una sede propia y otros tantos ítems que son un accidente de la economía local, existen metas mucho más difíciles que simplemente el juntar dinero. Por sobre todos los ítems había una meta clave. Compleja. Tal vez la más difícil de todas porque implica mucho más que un deseo o un compromiso individual. De todas las cosas que creía menos probable que pudiesen suceder en el mediano o corto plazo, ganaba por lejos la batalla esta: que Peregrinus Albus fuese dirigido por un cuerpo colegiado y autónomo: el Consejo de Lanzas.

Por lo general, una agrupación termina bajo el mando del conejo más fuerte


Y esto termina poniendo grilletes a su propio crecimiento. Finalmente se corrompe y extingue. Quería un cuerpo abierto a la mayor pluralidad de ideas, diversidad de intereses y transparencia posible. Porque sólo así podríamos preservar nuestros ideales.

No fue fácil. Tuvimos discusiones y algunos miembros optaron por abandonar el grupo. Otros llegaron y trajeron consigo nuevas voces. Sufrimos constantes cambios que nos obligaron a adaptarnos una y otra vez, exigiendo como requisito indispensable el tener una apertura de ideas y predisposición al diálogo que raramente se da en un grupo de personas, a veces ni siquiera dentro de una familia, mucho menos en un trabajo. ¿Cómo lo logramos? No lo sé. Tal vez fue la casualidad, el fruto de mantener nuestros ideales desde los comienzos, o tal vez el hallar los individuos correctos ante un mismo interés en común.

De todos los logros que hemos alcanzado, sin lugar a dudas el Consejo es el más importante. Es lo más difícil y lo más laborioso. Porque es una meta que no se acaba al lograrla, cuyo Santo Grial consiste en mantenerla. No es raro escuchar a quienes se quejan de esto o aquello, a quienes se cansan de "ser el bueno", o de ver a quienes corrompen sus fines por elegir los medios incorrectos. Para nosotros han sido 10 años de elegir el camino arduo y extenso, con esfuerzo y compromiso.


Crecimos juntos compartiendo mucho a lo largo de los años. Nos acompañamos en momentos difíciles y terminamos convirtiendo una actividad a compartir nuestras vidas. Conocimos gente maravillosa, entablamos amistades, formamos una segunda familia. No importa si nuestro paso por el grupo fue una única vez o los 10 años. Estoy seguro de que la mayoría guardamos hermosos recuerdos.

En fin. Como miembro fundador me propuse armar una Mesa Redonda, un círculo de pares; reivindicar la mística del mito artúrico buscando una era mejor. Soñamos con un grupo integrador que no distinguiera género, condición económica, edad, estado físico y que se mantuviese neutral a cualquier condición sociopolítica. Prácticamente un delirio navideño. Sí, porque el sueño que es Peregrinus Albus nació de noche, en la sobremesa de un 24 de diciembre de 2009.

El Consejo abrazó esta locura y así creamos un espacio donde cada uno puede encontrar su rinconcito. Un lugar que abre constantemente nuevas puertas. De corazón, los invitamos a compartir una copa por 10 años de locura... No, de un sueño... de una actividad. De muchas. Bueno, de esto que humildemente hemos apodado "Peregrinus Albus".






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