Reflexiones de un rey exiliado*

El sábado 15 de diciembre de 2018 estaba yo descansando después de un sábado muy activo: a la tarde estuve en la Cueva del Oso ayudando a hacer tableros de juegos, y más tarde la clase en la Sala de Armas. Recibí entonces un mensaje de Isabela, pidiéndome una reflexión para el blog. 




Me puse a pensar: ¿qué hacía un abuelo de 65 años con 4 nietos en ese lugar? Y empecé a recordar cómo había llegado, cinco años atrás.
 

Un día, mi hijo Gusty (sargento de la Sala de Armas de Peregrinus Albus) me invita a un evento. Allí conocí a este grupo de locos lindos, vi lo que hacían, y me gustó. Al poco tiempo me invitan a hacer una obra donde mi personaje era el de un Rey. Luego, otra invitación a la Sala de Armas, y me sentí bien en la actividad.


Desde ese momento, me integré a ellos con un personaje: el rey exiliado, de oficio barbero, don Alberto.


Luego de recordar todo esto, reflexioné: "No importan la edad, los problemas físicos, la profesión, mientras uno haga lo que le gusta con alegría y pasión". Eso veo yo en cada uno de los integrantes de Peregrinus Albus.



Mi balance de este año en Peregrinus fue positivo a pesar de que fue muy complicado para mí física y laboralmente, pero como dije, cuando uno hace las cosas con ganas y pasión, todo se supera.


*(Además de ser un aprendiz de esgrimista de segundo nivel, Don Alberto ha participado de los talleres de Teatro para la creación de personajes en 2017 y para la recreación de textos medievales en 2018. Es también un colaborador habitual en los talleres comunitarios de madera, cuero y tela, y en el stand de fotografía durante los eventos públicos. Por otra parte, también desarrolla un interesantísimo proyecto en el Círculo Histórico de la agrupación)

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