Impresiones sobre la Noche de los Museos 2016

Doña María, Alcaldesa de los Aldeanos de Puertafuera de Peregrinus Albus, es también María Paula Antelo, directora del grupo de música medieval y renacentista Laudate Dominum. Gracias a ella, ayer vivimos ambas agrupaciones una noche increíble, ya que por su iniciativa nos invitaron a participar de la Noche de los Museos dos importantes instituciones: la Asociación de Ex Alumnos del Colegio Nacional Buenos Aires y el Centro Cultural Paco Urondo, dependiente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. ¿Y qué ocurrió? Aquí sus palabras, que repiten la emoción de todos nosotros:

"Como predije, la noche de ayer pasa a ser una de esas noches inolvidables.
Me quedé corta con la imaginación porque sabía que iba a ser memorable, pero nos terminamos saliendo de cualquier escala.

Estoy muy orgullosa de mis Laudates: Espe Be, Graciela Carro, Marcela Cosarinsky, Silvia Liliana Salgado Allaria, Santiago Casini, Adriana y Dani, y extrañé mucho a Gabriela Gallo. Gente que ya nos vio otras veces dice que fue lejos nuestro mejor concierto, que estábamos muy sueltos. Me emocioné con la aparición de Gabriela Portantier, quien no quiso perderse el concierto y salió diciéndome que cosas así le sirven para reponer su salud.
También de pertenecer a Peregrinus Albus, que se lució de maravillas. Primero con la convocatoria para la peregrinación: totalmente cortada la calle Moreno, no tanto por nosotros sino por la cantidad de gente que había! Entre ellos, buena parte de las sopranos y contraltos de Quadrivium (Vicky Almós, Hilda Bajdacz, Luisa, Susana, Rossana y no recuerdo si alguien más), el coro en el que estoy, incluyendo a su directora Diana Ludueña. También Violen Rivas, mi papá Abu Pupu y mi hermana infaltable seguidora de Laudate, Maria Eugenia Antelo. También la compañía de Michael Ivanhoe y Duilio Camps, caballeros indispensables para estas travesías.
Las primeras cuadras caminando sobre Diagonal Sur, abarcando dos carriles y ¡¿una cuadra?! de largo, cantando a viva voz tres obras de nuestro repertorio, con el público acompañándonos.
La parada en Plaza de Mayo, que desbordaba de gente que esperaba para entrar a distintos museos, que no entendía qué estaba pasando, qué era esa marea humana que caminaba compacta, con estandartes, con música, con vestuario, con malabares, con espadas, con candelabros. Y el lujo de las tres juglaresas, Marisa García, Vinka Elizabeth Díaz Gómez y Margarita Lopez que entretuvieron a los caminantes mientras devorábamos algunos bocados para reponer fuerzas.
De ahí a la calle 25 de mayo, donde la música empezó a tronar entre los edificios. Me morí de risa cuando, al llegar a la esquina de Bartolomé Mitre, veo a un guardia de seguridad del Banco Central saltar de su silla para ver qué era lo que estaba pasando a dos metros de la puerta... Sí, una peregrinación medieval en pleno microcentro porteño, ¿quién lo hubiera podido imaginar?
Llegar al Paco Urondo y pedir a gritos que se apiaden de nosotros y nos dejen pasar la noche ahí. Esperar a que el rey nos diera las buenas nuevas desde el balcón y sorprendernos con la potente voz de Héctor Giunta, a quien se le escuchaba clarísimo a pesar de la altura. Entrar y, como habíamos adelantado, invadir el Urondo, no sólo por nuestras filas, sino por las de las decenas de personas que nos siguieron.
La divertidísima demostración de esgrima, que disfrutaron los grandes y deslumbró e hizo reir a los más chicos, a cargo de Martin Horacio Liparoti, Facu Vega, Santiago Gandolfo, Otto Scorzeny, Francisco Coda, Martin Gambetta, Myca Abril, Diego Gandolfo y Ezequiel Corellano, quienes más tarde salieron a la calle.
Y las danzas, en las que se prendió mucha gente (¡muchísimos y valientes hombres de todas las edades!) con sonrisa de oreja a oreja y todas las ganas para llenar nuestros corazones de alegría.
A eso de la una y media de la mañana, mientras desandaba sola el camino para ir a buscar mi máquina del tiempo, me preguntaba: "Y ahora... ¿cómo superamos esto?"
Al volver a buscar a Dani y a una amiga y compañera invaluable, quien me dijo que cada vez se divierte más con esto, que estuvo desde temprano volanteando, peregrinó, cantó, llevó frutas, bailó y rió mucho, mi querídisima Mariaa Obaya, estaban los chicos de Peregrinus, todos exultantes de felicidad, aplaudiendo la jornada.
No era para menos. Realmente fue una noche inolvidable."

Sepan disculpar que los nombres aparecen según su seudónimo de Facebook. Quiero agregar el agradecimiento a Facundo Zorzoli que llevó e hizo sonar su cuerno, a Miguel, que cuidó el stand del Centro Cultural, y Ariane sís por su compañía, además de a todos los que nos acompañaron cantando, haciendo palmas, riendo, aplaudiendo, vivando, sacando fotos... Iremos actualizando el post con imágenes y comentarios de otros miembros, pero no queríamos dejar de compartir nuestra emoción con ustedes. 

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