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Mostrando las entradas de 2018

Reflexiones de un rey exiliado*

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El sábado 15 de diciembre de 2018 estaba yo descansando después de un sábado muy activo: a la tarde estuve en la Cueva del Oso ayudando a hacer tableros de juegos, y más tarde la clase en la Sala de Armas. Recibí entonces un mensaje de Isabela, pidiéndome una reflexión para el blog.  Me puse a pensar: ¿qué hacía un abuelo de 65 años con 4 nietos en ese lugar? Y empecé a recordar cómo había llegado, cinco años atrás.   Un día, mi hijo Gusty (sargento de la Sala de Armas de Peregrinus Albus) me invita a un evento. Allí conocí a este grupo de locos lindos, vi lo que hacían, y me gustó. Al poco tiempo me invitan a hacer una obra donde mi personaje era el de un Rey. Luego, otra invitación a la Sala de Armas, y me sentí bien en la actividad. Desde ese momento, me integré a ellos con un personaje: el rey exiliado, de oficio barbero, don Alberto. Luego de recordar todo esto, reflexioné: "No importan la edad, los problemas físicos, la profesión, mientras uno haga lo que le

23 de junio: Encuentro marcial y cultural en Villa Cerini

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El sábado 23 de junio viviremos un sábado diferente en la Sala de Armas de Peregrinus Albus, ya que a partir de las 16 hs. recibiremos la visita del Campamento Medieval de Aldeanos Peregrinos, y a todas las personas que deseen acercarse a disfrutar de todas las actividades que estamos preparando. Como escuderos de la Fortaleza Cerini, los invitamos a participar de un entrenamiento en las diferentes armas cuyo uso debía conocer todo caballero en la Edad Media: espada, escudo, lanza, puñal y... armadura.    El encuentro comenzará a las 16hs en la confitería del club, con la presentación de nuestros juglares, quienes evocarán historias pasadas de armas y de armas tomar, rimadas, narradas, cantadas. A las 18.15hs, el Heraldo convocará a las armas para dar comienzo a la clase abierta al público, con la propuesta de un recorrido de postas temáticas en grupos. Cada posta presentará una nueva arma con ejercicios propios. Mientras tanto, ofreceremos una charla

El escritor del puñal

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Eze forma parte de los miembros de la Sala de Armas de tercer nivel, en la clase de Avanzados. Le pedí que escribiera acerca de su experiencia personal en el entrenamiento con cuchillo, ya que lo noté -desde afuera- mucho más seguro en su uso. Así que, con su peculiar sentido del humor, armó este texto. ¡Gracias, genio! Isabela.- El escritor del puñal                  Mi primer contacto con el cuchillo fue con la mirada. El Oso nos dijo que aprovecháramos los descansos para observar a los niveles más avanzados y así tener una idea de a qué podíamos aspirar. Entre tantos espirales con los brazos y vertiginosos movimientos, la idea del cuchillo era bastante clara: Es un palo más corto que el palo más largo... Emmm, bueno... no tan clara.                    Cuando al fin empecé a entrenar con el cuchillo, los primeros ejercicios aún resultaban algo crípticos: la finalidad de tirar golpes al aire de larga trayectoria y defenderlos con un cuchillo parecía ser simple

¡A jugar!

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Los talleres de juegos de tablero de la Edad Media están entre mis favoritos del Campamento Medieval de Aldeanos de Puertafuera. Y a mi hijo le encantan los tableros y las fichitas, ¿ya estará en edad de aprender a jugar? Siempre me gustaron los juegos de mesa, y no es la excepción lo que ocurre con el molino y los juegos de cacería. Sí, está bien, cada vez voy aprendiendo un poco más las reglas y, aunque me caracterizo por ser infinitamente más intuitiva que estratégica, "me salen" más tácticas para comer fichas o huir de una movida fatal. Y es que la mente se agiliza, aún cuando no tomemos conciencia. El nine men's morris, o juego del molino, es tan simple y complejo a la vez que todos deberíamos seguir jugándolo en nuestros tiempos libres tanto como el chinchón o el dominó. ¡Es genial! Aquí les dejo una imagen del tablero según el "Libro del Axedrez, dados e tablas" de Alfonso el Sabio en el siglo XIII:  Y acá una de un encuentro del Campamento e

La seguridad en la Sala de Armas

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Este texto lo escribió el miembro de nivel 3, clase de alumnos avanzados, Santiago Casini Se dice que para aprender a nadar, no basta con leer sobre hidrodinámica o hacer brazadas en el aire: hay que tirarse a la pileta. Llevado a las artes marciales, podemos suponer que para aprender a pelear, hay que pelear. Sin embargo, ¿alguien en su sano juicio empezaría a practicar natación tirándose a un río caudaloso o a un mar agitado? ¿Quién se metería a una clase en la que todos los días se revolean armas de madera? Es obvio que por algún lado hay que empezar, y de ahí, ir mejorando, hasta estar cada vez más seguros: de nuestras capacidades de mantenernos salvo, y de mantener a salvo a los demás.   Desde mi primer día en la Círculo de Esgrima Medieval Europeo de Peregrinus Albus, hace tres años cuando me acerqué tímidamente a participar de la clase de prueba, empuñé una espada de madera. Me tiré a la pileta, aunque bien acompañado. No era la primera arte marcial co