Ser Peregrino del Alba

     Seguramente se preguntarán quiénes son estos hombres de armas y qué hacen en vuestras tierras. Pues bien, mientras otros deciden marchar hacia tierra santa en busca de fe, aventuras o riquezas, estos soldados han decidido permanecer en estas tierras protegiendo a su pueblo.

     Tal vez muchos puedan deciros que nuestra misión no es tan caballerezca como la de vuestros compatriotas cruzados; sin embargo, mientras estos honorables señores se ausentan en busca de gloria, los malechores y hombres de poca fe ven creciente su oportunidad de tomar ventaja. No hace falta alcanzar las tierras donde se hablan otros idiomas para hallar infieles, y mucho menos a los necesitados; mientras que la gloria es un camino que nunca llega a destino.

     Hubo años en que nuestros antepasados erigieron castillos y fortalezas para ofrecer seguridad en los caminos a los peregrinos; y cercaron los bosques, refugio de los forajidos. Luchaban inagotablemente por salvaguardar sus poblados. Hoy, estos hijos dejan pobremente protegidos los feudos heredados siguiendo sus anelos y olvidando las esperanzas que sus pueblos depositaron en ellos.

     Estos Caballeros Peregrinos tambien han dejado sus tierras, pero esta vez acudiendo al llamado de quienes sus voces no han de ser oídas. Un llamado más humilde, pero no por ello menos sagrado. Este viaje no posee un tiempo determinado, así como el mal nunca carece del indefenso. Es un viaje hacia uno mismo por el camino de las antiguas tradiciones, buscando recuperar el legado perdido de nuestros antepasados.

     Muchos de nosotros hemos olvidado cual es nuestra verdadera casa, ya que la hospitalidad de cada pueblo visitado se ha convertido en parte de nuestro hogar y refugio en las noches heladas. Con el tiempo, hombres y mujeres se nos han unido en esta marcha durante cada campaña para formar hoy batallas desde todos los puntos cardinales; marchando hombro a hombro como hermanos de armas.

     Ha sido digno el sacrificio de estos caballeros, dejando atrás la comodidad de su nobleza y peregrinando con humildad junto a artesanos, hombres de oficios y letras, valientes mujeres y niños. Bajo su tutela, no se han convertido simplemente en soldados, sino que han sabido acompañarlos por el camino del caballero hasta convertirse en verdaderos hombres de honor.

Semper Fidelis!
Sir Martin Farhill
Portavoz de Peregrinus Albus

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